Se ha muerto Dumbo, nuestro perro. Era un Teckel de pelo negro y corto que tenía cinco años. Lo operaron de una hernia discal en un hospital canino de gran reputación, porque padecía dolores de espalda (enfermedad muy común en esta raza). Le dieron de alta a las cuarenta y ocho horas ante nuestro asombro; no comía, orinaba sangre y se quejaba mucho. Al día siguiente ante los lloros constantes del animal lo llevamos de vuelta al hospital donde lo habían operado pero diez minutos antes de llegar murió en nuestros brazos.
El éxito de la operación según el veterinario que lo intervino era del 95%.
A través de los años, yo he tenido muchos perros.
La primera Kati, en casa de mis padres, cuando era niño. Los hermanos nos disputábamos el llevárnosla a la cama para dormir con ella. Era una Pointer-Braco cariñosísima. Tenía un pequeño defecto: se meaba en los pies de cualquier visita que recibiésemos en casa.
Luego tuve a Kafi, un Snauzzer gigante adiestrado que daba miedo, incluso a mi mismo, pero me proporcionó seguridad y confianza cuando me fui a vivir solo a un domicilio nuevo.
Años después mi mujer, cuando nos casamos, aportó al matrimonio una perra mezcla de Pastor Alemán y Pastor Belga, negra, preciosa, educada… Nunca se permitía entrar en casa, siempre se quedaba en el jardín a las puertas, sin habérselo prohibido expresamente, solo cruzó el umbral una noche y se acercó a mi sillón a despedirse porque sabía que iba a morir; mal diagnosticada por una veterinaria que no supo descubrir un anzuelo que llevaba clavado en el estómago.
Tuve luego un criadero de shar-peis (me saqué el carnet de profesional). Me dieron muchas alegrías y muchos problemas, Fui el primero de España en introducir esta raza: Down Town, Kiwi, Day… Fue una nueva satisfacción en mi vida que me proporcionaron estos animales.
Y luego tuve muchos más de diferentes razas.
Y finalmente, en nuestro días encontramos el perro perfecto, compramos una Teckel preciosa, Cora, que vivió con nosotros catorce años. Ella lo pedía todo, con educación y sin ponerse pesada, con un “Guau” había que ponerle agua, abrirle la terraza o subirla al sofá. Pero un sólo Guau, uno sólo.
Entonces mi hija, mi mujer yo creamos un chat para comunicarnos, contando con la perra al que llamamos “Bar los cuatro”, en recuerdo de un establecimiento que conocíamos y así se llamaba.
Ella era un miembro más de la familia y vivía como tal. Sólo se enteró de que era perro cuando compramos otro Teckel para que le hiciera compañía en la vejez y para que no fuese dramática su inminente desaparición.
Y así llegó Dumbo, y se hizo imprescindible para nosotros, educado, simpático y sobre todo inteligente: el perro más inteligente que yo he conocido.
Iba suelto por la calle, pero nunca me perdía de vista. Le encantaba el fútbol y el tenis; cuando había retransmisión de alguno de esos deportes se incorporaba a mi rodilla, en el sofá y aguantaba hasta que finalizara el partido. Me avisaba cuando me sonaba el móvil y yo no lo oía.
Las series de TV por la noche también las seguía hasta que sospechaba que me entraba sueño o me aburría y entonces hacía ademanes para que nos fuésemos a dormir.
Andábamos por las mañanas por la playa y disfrutaba con los olores, con las vistas, con los vientos. No le gustaban otros paseantes, ni otros animales, disfrutaba estando solos los dos. Y cuando tenía suficiente se tumbaba para avisarme de que estaba ya cansado y le apetecía volver a casa.
Todo lo entendía y en todo participaba.
Hace unos mese compramos otro Teckel, Donald, para que Dumbo se criase también con compañía y lo aceptó de muy buen grado, hasta hacerse inseparables.
Pero Dumbo murió, inesperadamente, tras la operación, dejándonos destrozados
Y el “Bar los cuatro” que se había convertido en “Bar los cinco” , aunque nunca le cambiamos el nombre al chat, hoy, con mucha tristeza, con rabia contenida, con reproches, con lágrimas, con miles de recuerdos, con menos amor y más desesperanza, vuelve a ser nuestro chat “Bar los cuatro”. ¿Hasta cuando?
¡Mierda!
Mucha pena!!!🥰
Solo los que tenemos perros los queremos, podemos ponernos en vuestro lugar, como sabes en casa ahora tenemos tres tekels 2 machos y 1 hembra y pese a que toda mi vida hemos tenido perros de diferentes razas en casa, pastor aleman, belga, doberman, american staffor, rotweiler etc, nunca me/nos han exigido tanto cariño ninguna raza como los tekels te exigen porque te hacen hacer que ellos dependan de ti, una raza maravillosa, eso si, intentat suplir ya esa dolorosa perdida con otro Dumbo, aunque os sea dificil pero os lo agradecereis toda la familia.